Estos días hace calor, mucho… Por lo tanto bebemos agua. O al menos así debería ser. Es por ello que últimamente una de las observaciones que más escucho de mis pacientes es que sienten que retienen líquidos.
Este “problema” puede agravarse en personas que no hacen ejercicio, comen mal, tienen mucho estrés o cuestiones hormonales. Es decir, todos de alguna manera y en algún momento hemos pasado por ahí.
La molestia principal se siente en manos, tobillos, piernas y rostro y suele ser evidente ya que se nota hinchazón e incomodidad. Claro, hay quienes dicen que siempre retienen líquidos, pero si eso fuera cierto habría que checar daño en riñones, hígado o corazón porque no es para nada un proceso normal ni debe ser frecuente.
Quitando momentos específicos como viajes, periodo menstrual o embarazo en mujeres o el uso de ciertos medicamentos, la acumulación de líquido debe atenderse. Aún pacientes en los que se explica o justifica esta condición, hay que eliminarlo antes de que cause complicaciones. Para ello existen los diuréticos, sustancias que aumentan la secreción de orina y que pueden ser “naturales” o de farmacia.
Como nutrióloga de los que puedo hablarte son los “naturales”. Lo pongo entre comillas porque el término no me encanta ya que el que la sustancia o el origen sea natural no necesariamente quiere decir que sea seguro. La clave para no tener efectos secundarios en el uso de estos productos es la dosis y la frecuencia.
Los diuréticos más utilizados son:
1. Agua de Jamaica o arándano (sin azúcar)
2. Te (verde, blanco, rojo o negro) y café
3. Infusión con pelo de elote, ortiga, hinojo o diente de león
4. Jugo de alfalfa, perejil o berro
5. Alcachofa, pepino o espárragos
6. Piña o toronja
7. Jengibre
Todos estos los puedes tomar infusionados en agua tibia o dejarlos enfriar, hacer jugos o extractos, comerlos directo o añadirlos a tus platillos. Cualquiera de las opciones y combinaciones te va a ayudar. No hace falta que consumas gran cantidad, un par de vasos/ tazas o porciones es suficiente siempre y cuando lo hagas por varios días.
Eso sí, independientemente al remedio natural que utilices, la clave está en hacer modificaciones a tu estilo de vida. Más, si ya sabes que tienes propensión a que te pase. Para ello debes dejar de comer sal (y todo lo que contenga sodio), hacer ejercicio cardiovascular y no permanecer mucho tiempo sentado o inactivo. Y, finalmente, contrario a lo que muchos piensan, cuando hay retención de líquidos hay que beber agua, eso ayuda al cuerpo a activar los mecanismos para eliminarla.
Sol Sigal
