Existe un nutriente clave para mantener un peso saludable y es la GRASA.
La grasa no es algo que se deba evitar. Para empezar, es esencial para un crecimiento y desarrollo normal. La dieta rica en grasa, provee de energía, protege nuestros órganos, mantiene la membrana celular y ayuda al cuerpo al proceso de absorción de los nutrientes. Aún mejor, ayuda al cuerpo a quemar grasa.
El nutriólogo y dueño de Nutritious Life, que su recomendación es que alrededor de 1/3 de las calorías de cualquier plan de pérdida de peso, deben provenir de la grasa en la dieta.
Pero, no todos los alimentos grasosos son hechos de la misma manera. Mientras la pizza, las papas fritas y las hamburguesas pueden contribuir a subir de peso y a deteriorar la salud, las personas que se interesan en las dietas adecuadas, están aprendiendo que el contenido nutricional total de estos alimentos –no sus grasas saturadas- son los que tienen la culpa. 50 años de investigación han permitido llamar a estos ácidos grasos “saturados” los cuáles, combinados con hidrógeno, se encuentran normalmente en estado sólido a temperatura ambiente; a este tipo de grasa se le denomina LDL (mala) dentro de la escala de medición de los niveles de colesterol.
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Pero, una nueva investigación ha demostrado que tener altos niveles de colesterol HDL (bueno), protege al cuerpo contra el aumento de colesterol malo y de enfermedades cardiacas. Nutriólogos de la American Dietetic Association así como la vocera nacional de esta institución, Tara Guidus, dicen que: “en lugar de hacer que cualquier dieta parezca como si fuera la ‘villana de la historia’, necesitamos observar el total de contenido calórico que contienen y que la calidad de los alimentos que estamos consumiendo sea ‘buena’ para ayudar a las células de nuestro sistema inmunológico a estar sanas.”
Mucha de la grasa que debemos consumir –especialmente si deseas perder peso- debe provenir de ambas fuentes insaturadas, las monoinsaturadas (MI) y las poliinsaturadas (PI).
Estos ‘alimentos buenos’ (como el pescado, semillas, nueces, vegetales de hoja, aceite de oliva y, por supuesto, aguacates) remueven el colesterol LDL (malo) de las arterias y promueven la salud del corazón; las grasas insaturadas también ayudan a quemar grasa por largo tiempo sin eliminar calorías.
En 2009 el British Journal of Nutrition realizó un estudio en el que encontró que los participantes que consumieron más grasas insaturadas, tuvieron un índice bajo de masa corporal y menos grasa abdominal que aquellos que consumieron estas grasas en menor cantidad.
¿Por qué?
- La gente que consumió estas grasas insaturadas, comía alimentos de mayor calidad. No hace mucho, las empresas de la industria alimentaria comercializaron muchos productos “bajos en grasa” o “sin grasa” y la gente respondió a ello consumiendo este tipo de alimentos en grandes cantidades.
- La pregunta es: ¿Estos alimentos son realmente saludables? Es simple: No, no lo son, despojan a nuestro cuerpo de muchos nutrientes necesarios; los llamados productos bajos o sin grasa, incrementan la tasa de obesidad.
¿Por qué?
Porque la grasa que se quita a estos alimentos nos provee de un gran componente que amamos y necesitamos en la comida: el sabor. Cuando algunas empresas de la industria alimenticia retiran la grasa de sus alimentos, tienen que compensar esta grasa incrementando las cantidades de azúcar y sal los cuáles carecen de nutrientes pero incrementan el sabor.
Traducción: Daryl Soto